El rectorado de la UBA comandado por Hallu,
desde el comienzo de clases ha llevado adelante una política de ajuste y
recorte que afecta a todos los
estudiantes de la UBA, y sobre todo a aquellos que cuentan con menos recursos para
costearse sus estudios.
A pocos días del inicio del ciclo lectivo,
los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Filosofía
Letras se enteraron que las becas Jauretche (De Filosofía) y Las becas
Portantiero (de Sociales) habían sido dadas de bajas, sin ningún tipo de aviso
ni discusión previa. Ambas becas fueron absorbidas por el Programa Nacional de
Becas Universitarias administrado por el Ministerio de Educación, que si bien
aumentan el monto percibido por mes de 125 a 360, imponen muchos más requisitos
que certifiquen el grado de “pobreza” del estudiante. Por ejemplo un requisito
para ser preseleccionado es no cobrar más de
$3274 y si vive con sus padres los ingresos totales de la familia no
pueden superar los $6.763. Teniendo en
cuenta como aumenta cotidianamente el costo de vida debido a la inflación,
estos límites en los ingresos para poder aplicar a la beca son ridículos.
De la mano de la reducción de becas, los
funcionarios de La Campora han puesto en funcionamiento los mecanismos de
clientelismo político anunciándolo como un beneficio otorgado por su
agrupación, ocultando la malversación de los recursos de todos.
Daniela Gasparini Vicepresidenta de la FUBA
remarcó que: “Debido al endurecimiento de los requisitos para acceder a las
becas, cientos de jóvenes han perdido la ayuda económica, que si bien no
costeaba todos los gastos que tiene un estudiante universitario, si
representaba una aporte significativo.
Este recorte en las becas, lo denunciamos desde el Movimiento Sur en diciembre del año pasado cuando en el
presupuesto del 2013 se revelaba una recorte de %55 en las becas otorgadas a
estudiantes universitarios.”
Este recorte en el presupuesto ha pasado
con el aval del rector Hallú, un aliado ideal para el gobierno nacional que se
calla antes los recortes y se conforma con un pauperrimo aumento del
presupuesto universitario del 17%, que con una inflación que supera el 25% es
completamente insuficiente para cubrir los gastos por alumno. En este sentido
el ajuste del gobierno kirchnerista permitido por Hallú atenta contra el
derecho de los estudiantes a ingresar, permanecer y egresarse de la universidad
y contra el derecho a un salario digno para los docentes y ni que hablar de la
situación de los miles de docentes ad honorem.
Frente al avasallamiento de nuestros
derechos como estudiantes tenemos que lograr la unidad del movimiento estudiantil en
acción para frenar el proyecto de ajuste
y recorte que Hallu y el gobierno
nacional, aliados con diferentes actores políticos, quieren profundizar en la UBA.
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